A mitad de camino






Este lugar pretende ser "una bocanada de aire fresco" para todo aquel que se acerque y participe. Un lugar de encuentro, donde se carguen las pilas con energía positiva.

Donde nos ayude a ver las cosas de otra manera, y por ende, nos haga disfrutar de la vida, nuestro mayor don.
Un sitio que te permita contactar con la naturaleza.

Trabajar los pensamientos, mejorar las emociones, disfrutar de sensaciones.... para conseguir ser feliz.

Ser positivo siempre pretende pues, dar "esa mano amiga" que en alguna ocasión todos necesitamos.







viernes, 26 de marzo de 2010

Viaje al Centro del Corazón



Hoy tuve la suerte de, con un grupo de amigos y compañeros de trabajo, visitar las cuevas de Lanz, en Navarra. Estas cuevas son el mejor ejemplo de la minería romana que tenemos en Navarra. Son una serie de cuevas naturales que han sido ampliadas con galerías artificiales que fueron abiertas para aprovechar las vetas de mineral. Destaca la importancia de los aragonitos y de la vetas de cobre azuladas. Son una maravilla, debido a la policromía que nos enseñan.

El objeto del viaje era entrar a las entrañas de la tierra en esa cueva, hoy reserva natural protegida. Carlos, compañero nuestro, murió de cáncer de pulmón en 2008, y él era el máximo responsable de las cuevas en nuestra comunidad. Por eso, el mejor recuerdo para él, seguro ha sido que bajásemos a uno de sus sitios favoritos, y allí abajo, en silencio, a 100 metros de profundidad, apagados los focos y las luces, escudriñásemos lo que nos dictaba nuestro corazón.

La experiencia ha sido fabulosa en todos los sentidos.

Las cuevas constituyen un patrimonio de todos, un tesoro geológico que nos ha legado la Naturaleza y que, por tanto, tenemos la obligación de respetar y dejar intocado. ¿Qué derecho tenemos a destrozar en cinco minutos una estalactita que los elementos naturales han tardado millones de años en esculpir?.

Duele en lo más hondo visitar una cueva y comprobar por un lado las maravillas naturales, pero por otro las masacres perpetradas por depredadores de nula conciencia ecológica, que han llegado a arrasar verdaderos bosques de columnas de estalactitas y estalacmitas. Por eso, no hay más remedio como en este caso, que cerrar las cuevas, y que la entrada sea controlada hasta que seamos más civilizados y sepamos respetar lo que la naturaleza nos da.

Jabo. (para Carlos, desde muy adentro).

jueves, 25 de marzo de 2010

EL FUNERAL DEL NO PUEDO



La clase de cuarto grado de Donna se parecía a muchas que había visto en el pasado. Los alumnos estaban sentados en cinco hileras de seis bancos. El escritorio de la maestra estaba en el frente de cara a los estudiantes. En la mayoría de los aspectos, parecía un aula tradicional de escuela primaria. Sin embargo, el mismo día en que entré por primera vez, algo me pareció distinto. Parecía haber una corriente subterránea de excitación. Donna era una maestra veterana que se había ofrecido como voluntaria en un proyecto de desarrollo personal que yo había organizado y dirigido en todo el condado. La capacitación se centraba en ideas relacionadas con el lenguaje y el arte que pudiera hace sentir bien consigo mismos a los estudiantes y a hacerse cargo de sus vidas. La tarea de Donna consistía en asistir a las sesiones de capacitación y poner en práctica los conceptos que se presentaban. Mi tarea consistía en hacer visitas a las clases y alentar la puesta en práctica. Me senté en un banco vacío al fondo de la clase y observé.

Todos los alumnos estaban trabajando en una tarea que consistía en llenar una hoja de cuaderno con pensamientos e ideas. La alumna de diez años que estaba más cerca de mí estaba llenando su página con "No puedo". "No puedo patear la pelota de fútbol más allá de la segunda línea." "No puedo hacer una división larga con más de tres números." "No puedo hacer que Debbie me quiera." Había llenado media página y no mostraba signos de parar. Trabajaba con determinación y persistencia. Caminé junto a los bancos mirando las hojas de los chicos. Todos escribían oraciones describiendo cosas que no podían hacer. "No puedo hacer diez abdominales." "No puedo pasar la defensa del campo izquierdo." "No puedo comer solamente una galletita."

La actividad atrajo mi curiosidad, de modo que decidí hablar con la maestra para ver qué pasaba. Al acercarme, noté que ella también estaba ocupada escribiendo. Me pareció mejor no interrumpirla. "No puedo conseguir que la madre de John venga a la reunión de maestros." "No puedo conseguir que mi hija le cargue nafta al auto." "No puedo lograr que Alan use palabras en vez de sus puños." Derrotado en mis esfuerzos por determinar por qué alumnos y maestra se demoraban en lo negativo en lugar de escribir las afirmaciones "Puedo", más positivas, volví a mi asiento y continué mis observaciones.

Los alumnos escribieron durante otros diez minutos. La mayoría de ellos llenaron su página. Algunos empezaron otra.
"Terminen la que están haciendo y no empiecen otra", fue la instrucción de Donna para indicar el final de la actividad. Los estudiantes recibieron luego la indicación de doblar sus hojas por la mitad y llevarlas al frente. Al llegar al escritorio de la maestra, colocaban sus declaraciones de "No puedo" en una caja de zapatos vacía. Una vez recogidas las hojas de todos los alumnos, Donna agregó la suya. Tapó la caja y se la puso bajo el brazo, se encaminó hacia la puerta y salieron todos al parque cercano.

Donna tomó una pala, y empezó a cavar.
¡Iban a enterrar sus "No puedo"! La excavación llevó más de diez minutos porque la mayoría de los chicos quería colaborar. Cuando el pozo alcanzó más o menos noventa centímetros de profundidad, dejaron de cavar. Acomodaron la caja de los No puedo" en el fondo del pozo y la cubrieron rápidamente con tierra. Alrededor de la tumba recién cavada, había treinta chicos de diez y once años. Cada uno tenía por lo menos una página llena de "No puedo" en la caja de zapatos, a un metro de profundidad. La maestra también. En ese momento, Donna anunció: "Chicos, por favor junten las manos y bajen la cabeza". Los alumnos obedecieron. En seguida, formaron un círculo en torno de la tumba y formaron una ronda tomados de las manos. Bajaron la cabeza y esperaron. Donna dijo su oración.

"Amigos, estamos aquí reunidos para honrar la memoria de "No puedo". Mientras estuvo con nosotros en la tierra, afectó en la vida de todos, de algunos más que de otros. Desgraciadamente su nombre ha sido pronunciado en todos los edificios públicos, escuelas, institutos, academias, etc. Acabamos de darle una morada definitiva al "No puedo" y una lápida contiene su epitafio. Lo sobreviven sus hermanos, "Puedo", "Quiero" y "Lo haré ya mismo". No son tan conocidos como su famoso pariente e indudablemente todavía no resultan tan fuertes y poderosos. Tal vez algún día, con su ayuda, tengan una incidencia mayor en el mundo. Roguemos que "No puedo" descanse en paz y que, en su ausencia, todos los presentes puedan hacerse cargo de sus vidas y avanzar. Amén."

Al oír la oración, me di cuenta de que esos alumnos nunca olvidarían ese día. La actividad era simbólica, una metáfora de la vida. Era una experiencia del lado derecho del cerebro que quedaría adherida a la mente inconsciente y consciente para siempre. Escribir los "No puedo", enterrarlos y escuchar la oración. Era un esfuerzo muy grande por parte de esta maestra. Y todavía no había terminado. Luego, llevó a los alumnos nuevamente a la clase e hicieron un festejo. Celebraron la muerte de "No puedo" con pasteles, golosinas y jugo de frutas. Como parte de la celebración, Donna cortó una gran lámina en papel y escribió las palabras "No puedo" arriba y en el medio RIP. Abajo agregó la fecha. La lápida de papel quedó en el aula de Donna durante el resto del año. En las escasas ocasiones en que un alumno se olvidaba y decía: "No puedo", Donna simplemente señalaba el cartel. El alumno recordaba entonces que "No puedo" estaba muerto y optaba por reformular su afirmación. Yo no era alumno de Donna. Ella sí era alumna mía. Sin embargo, ese día aprendí de ella una lección perdurable. Ahora, años más tarde, cada vez que oigo "No puedo", veo las imágenes de ese funeral de cuarto grado. Como los alumnos, me acuerdo de que "No puedo" murió.

(Desconozco el autor de este cuento. Llegó a mí hace ya 3 años a través de Alessa, desde América, y me sirvió para ayudarme a quitar una adicción.)


Dedicado a todos los que están intentando dejar de fumar, y en especial para Marta.


Jabo.

miércoles, 24 de marzo de 2010

La Vida es Bella





LA VIDA ES BELLA – MIGUEL BOSE Y NOA

Yo al verte sonreír
soy el niño que ayer fui
Sí yo veo por tu sueños
el miedo no vendrá
y así sabrás lo bello que es vivir
Caen mi lagrimas al mar
tu no me veras llorar
Y es que son tu alegría
amansa mi dolor
y así yo sé lo bello que es vivir
ra ra ra ra ra ra ra...
Sí mi corazón siempre estará
donde este tu corazón
Si tu no dejas de luchar
Y nunca pierdas la ilusión
nunca rindes que al final
habrá un lugar para el amor
Tu no dejes de jugar
no no pares de soñar
Que una noche la tristeza
se irá sin avisar
Y al fin sabrás lo bello que es vivir
ra ra ra ra ra ra ra...
Que una noche la tristeza
se irá sin avisar
Y al fin sabrás lo bello que es vivir... Se irá sin avisar
Y al fin sabrás lo bello que es vivir
Mhhh ra ra ra ra ra ra ra...

(dedicado a todos los que lo lean)

martes, 23 de marzo de 2010

Diferente




Si el mundo fuera de color de rosa
no seria azul el color del mar
no habría oro en tus cabellos
plata en la luna, ni en el agua cristal
Si me pidieras que te dijera
cuatro palabras así al azar
Dibujaría el mar de tus besos
y así contigo descansar

Tengo dos colores que pintan la madrugada
y una melodía bajando por mi espalda
quiero atar el tiempo con una cadena de la suerte
tú me estas volviendo diferente

Uhhhhh uhhhhhh diferente
Uhhhhh uhhhhhh diferente

Cuando las noches se vuelvan días
Días dorados para soñar
la hierba verde bajo la escarcha
y de tu mano despertar

Tengo dos colores que pintan la madrugada
y una melodía bajando por mi espalda
quiero atar el tiempo con una cadena de la suerte
tú me estas volviendo diferente

Uhhhhh uhhhhhh diferente
Uhhhhh uhhhhhh diferente.


( Dedicado a mi hermana)


Serenidad


link rel="colorSchemeMapping" href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CJavi%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtmlclip1%5C01%5Cclip_colorschememapping.xml">

Estar sereno es estar en contacto con tu interior. Es poder pensar antes de decidir. Saber que estás de acuerdo, tranquilo y sosegado con las cosas que has hecho, que no te remuerdes la conciencia por aspectos negativos del pasado, y procurar no afrontar los problemas del futuro antes de tiempo. En definitiva, vivir el presente, con coherencia y paz interior.

La serenidad hace a la persona más dueña de sus emociones, adquiriendo fortaleza interna, no sólo para dominarse, sino para soportar y afrontar la adversidad sin afectar el trato y las relaciones con los demás. Nos enseña a conservar la calma en medio de nuestras ocupaciones y problemas, mostrándonos cordiales y amables con los demás.

La serenidad es necesaria y más en momentos de dificultad. No es fácil llegar a ella, pero cuando se consigue, notas que contactas con tu interior y te invade una sensación de satisfacción. Jabo

Foto: amanecer en Getaria. Jabo

lunes, 22 de marzo de 2010

Primavera/Otoño

Se denomina equinoccio al momento anual en el cual los días tienen una duración igual a la de las noches en todos los lugares del planeta excepto en los polos. Ocurre dos veces por año: el 20 o 21 de marzo y el 22 o 23 de septiembre de cada año, épocas en que los dos polos de nuestro planeta se encuentran a igual distancia del Sol, cayendo la luz solar por igual en ambos hemisferios.

Ahora, en el hemisferio norte se produce el paso del invierno a primavera, de ahí que se llame el equinoccio de primavera. Sin embargo, en el hemisferio sur se produce el paso del verano al otoño,de ahí que se llame el equinoccio otoñal.

Para los celtas, y según el fenomenal libro de “Anam cara”:

PRIMAVERA: Es la estación joven. Renace la vida. Colores maravillosos, brota la vida. Llega en medio de un torrente de vida y esperanza.

Es tiempo para emprender aventuras o proyectos nuevos, o realizar cambios importantes en tu vida. El ritmo, la energía, tu luz propia trabajan para ti.

VERANO: La naturaleza se engalana de colores. Reina la exuberancia, la fecundidad. Es tiempo de luz, de crecimiento y llegada.

El verano del alma es un tiempo de equilibrio. Estas en el flujo de tu propia naturaleza. Puedes correr todos los riesgos que quieras.

OTOÑO: Las semillas sembradas en primavera y nutridas en verano, dan sus frutos en otoño.

Es la cosecha, la consumación del trayecto largo y solitario de las semillas bajo la superficie de la tierra.

Las vivencias sembradas en tu corazón rinden sus frutos.

Es tiempo de recoger, de cosechar los frutos de la experiencia.

INVIERNO: Cuando es invierno en el mundo natural, los colores se desvanecen. Todo es gris, negro o blanco. Los paisajes y los bellos colores empalidecen. La hierba desaparece. La tierra se congela. La naturaleza se retira. El árbol pierde sus hojas. Muchos animales hibernan. Cuando es invierno en tu vida, sufres dolor, dificultades, agitación. Lo más prudente es imitar el instinto de la naturaleza y retirarte hacia tu interior.

No conviene iniciar nuevos emprendimientos. Es mejor retirarse, ocultarse.

Por lo tanto, a aquellos que vivimos en el hemisferio norte y que acabamos de estrenar primavera, nos toca emprender aventuras nuevas, proyectos, cambios a mejor. Y a las personas que vivís en el hemisferio sur, y que acabáis de estrenar otoño, os toca cosechar. Jabo

domingo, 21 de marzo de 2010

Saberse Comunicar



Hace poco comentábamos como una de las claves de la felicidad es “el tener buenas relaciones”.

Qué duda cabe que aparte de gestos y emociones, la palabra es básica para comunicarse y hay unas premisas que en caso de convertirlas en hábitos, nos ayudarán a mejorar la comunicación interpersonal y por ende, las relaciones.

Saber escuchar lo que la otra persona quiere transmitirnos es fundamental. En ocasiones no escuchamos, tan solo oímos. Y se aprende mucho más escuchando que hablando.

En esta sociedad tan estresada en que nos ha tocado vivir, en muchas ocasiones ocurre que creemos no tener tiempo para la comunicación con las personas que nos importan. Esto no es cierto, ya que cada persona elige y prioriza lo que hace en la medida de sus posibilidades con su tiempo, y para comunicarse, hay que sacar tiempo y ganas.

Así mismo, conocer tus sentimientos, tus sensaciones y las de tu interlocutor te apoyarán en lograr lo que para mí es el mayor éxito de la comunicación: la empatía.

Hay que aceptar, siempre dentro de unos parámetros razonables y debemos evitar juzgar. Con estas premisas, la relación mejora. En ocasiones, basta con acompañar.

Por último, se tiene que ser claro y conciso, sabiendo transmitir lo que realmente queremos decir, de una forma sincera y honesta. Jabo